LOS ARCHIVOS SECRETOS DE ESPAÑA Y ARGENTINA (IV)
España conocía la existencia de campos de concentración en Argentina
El personal diplomático advirtió en un informe secreto sobre el funcionamiento de Campo de Mayo, uno de los peores centros de exterminio. A pesar de ello, la Corona y el gobierno de Suárez mantuvieron las relaciones con el régimen de Videla
El rey Juan Carlos y la reina Sofía, junto al dictador argentino Jorge Rafael Videla.
Cartas desesperadas, llamadas telefónicas que acababan en
lágrimas y un insoportable presentimiento de que lo peor siempre estaba
por llegar. Entre 1976 y 1983, la embajada y los consulados de España en
Argentina recibieron innumerables pedidos de auxilio por parte de familiares de desaparecidos. Tal como confirman distintos documentos a los que ha accedido Público,
no hubo prácticamente ni un día en el que no se acercaran padres,
esposas, hermanos o hijos en busca de socorro. Querían que el gobierno
de España salvase a sus compatriotas en peligro, pero no lo
consiguieron.
De acuerdo a los archivos consultados por este periódico, todos estos casos se tramitaron bajo el membrete de "reservado" y "secreto",
algo que no valió de nada para los alrededor de 700 españoles -entre
nativos y descendientes- que fueron secuestrados y desaparecidos por una de las dictaduras más atroces que ha sufrido América Latina.
Las gestiones diplomáticas, siempre discretas, sólo permitieron que los
denominados "presos gubernativos" -detenidos que habían sido
"blanqueados", pasando a cárceles legales- fuesen puestos en libertad a
cambio de su inmediata expulsión a España, independientemente de las raíces que cada uno de ellos hubiese echado en suelo argentino.
En
cualquier caso, los abundantes cables e informes enviados desde Buenos
Aires por los diplomáticos españoles confirman que el Gobierno de Adolfo
Suárez estuvo al corriente de cada una de las denuncias que llegaban a su embajada en Buenos Aires,
lo que le permitió conocer de primera mano la horrorosa realidad en la
que estaba sumergida Argentina. A pesar de ello, el ejecutivo de UCD,
amparado por la Corona, no tuvo ningún reparo en continuar firmando acuerdos y negocios con la dictadura de Videla.
Entre
otros aspectos, el gobierno de Suárez conocía la existencia del campo
de concentración que funcionaba en Campo de Mayo un regimiento militar
que albergó uno de los peores centros de exterminio. Así
fue informado por el cónsul español José Luis Pérez Ruiz a finales de
junio de 1976, cuando envió un informe estrictamente confidencial (pinche para ver el documento)
en el que revelaba la existencia de este reino de la muerte. "Por
referirse este despacho a la eventual detención de uno de los
desaparecidos en las instalaciones de Campo de Mayo, cuya utilización
para dichos fines no ha sido reconocido por las autoridades argentinas,
doy carácter de reservada a esta comunicación", explicaba Pérez Ruiz.
Su
informe arroja otro detalle que podría resultar clave para determinar
lo ocurrido con los desaparecidos de origen extranjero: en las reuniones
mantenidas con funcionarios de la dictadura solía participar el capitán Bárcena,
un misterioso militar que operaba en el ministerio de Exteriores
argentino y que se encargaba "directamente" -según explicaba Pérez Ruiz
en su nota reservada- de aquellos detenidos provenientes de otros
países. De hecho, Bárcena estaba al corriente de la situación que
atravesaban los presos españoles Herminio Martínez Borbolla, Diamantino
González Álvarez y Antonio Garrido Ruiperez. La embajada proponía que
todos ellos fuesen liberados a cambio de su inmediata expulsión de
Argentina, pero la Junta Militar tardaba en responder.
Durante una de las reuniones, Bárcena aseguró que los expedientes de
estas tres personas "habían pasado al ministerio para su estudio y
resolución". "Por consideración y deferencia a España, han sido
adelantados en su tramitación y colocados a la cabeza de la lista de los
casos que han de ser resueltos en primer lugar", prometió el capitán,
que tenía suficiente capacidad para decidir sobre el futuro de los detenidos.
Efectivamente, Borbolla, González y Garrido fueron puestos en
libertad y deportados a España. Sin embargo, la liberación no supuso el
final del sufrimiento para una de estas familias: Rocío Martínez
Borbolla, hermana de Herminio, fue secuestrada y desaparecida por la dictadura en
un operativo realizado el 14 de junio de 1976, coincidiendo con las
gestiones realizadas desde la embajada para conseguir la libertad de su
hermano. A pesar de los pedidos realizados por sus familiares, esta
joven oriunda de la localidad asturiana de Los Cabrales se perdió para
siempre en el infierno de Buenos Aires.
"Un muro de silencio"
Esta dramática realidad quedó debidamente reflejada en el documento "muy reservado" que elaboró el encargado de Asuntos Consulares a finales de octubre de 1976 (consulte aquí el informe).
A través de esta nota oficial, el Gobierno español pudo conocer cómo se
desarrollaban habitualmente los operativos en que eran secuestrados sus
connacionales. "Respecto a los desaparecidos -señalaba-, el esquema más
común es que la detención se hace en las horas de la madrugada por un grupo de gente armada, que con frecuencia se presentan como policías de paisano, y a veces con traje militar de fajina".
"Suelen
llevarse a los detenidos con los ojos vendados a un lugar desconocido y
con frecuencia saquean el domicilio. Algunos de los detenidos, de esta
forma, son puestos en libertad a los pocos días, de noche, llevándolos
en automóvil a algún lugar -a veces en plena ciudad-, donde los dejan
con los ojos vendados y con el compromiso de no quitarse la venda hasta
transcurridos unos minutos. Son los que sus raptores no consideran
peligrosos, después de extensos interrogatorios.
De los otros, alguno ha sido llevado, también de madrugada, en el
maletero de un coche a una comisaría de Policía. La mayoría, sin
embargo, desaparecen sin dejar rastro", advertía.
El
informe también describía las infructuosas gestiones realizadas para
tratar de rescatar a los secuestrados. "Todos estos asuntos aquí
funcionan, en general, con una lentitud exasperante, y tratándose de
desaparecidos, es prácticamente imposible obtener ninguna información.
Con frecuencia se encuentra uno frente a un muro de silencio (...)
Solamente hemos tenido información de desaparecidos cuando estos son
puestos en libertad por sus aprehensores y vienen a informarnos de las
circunstancias de su detención insistiendo, invariablemente, en que
quieren dar el asunto por terminado y no desean que se haga ninguna
gestión para esclarecerlo por parte de este Consulado; pero de los que
no han aparecido no hemos recibido la más mínima información oficial
respecto a su paradero o a la identidad de sus raptores".
Negocio con extranjeros
En ese contexto, los represores aprovechaban la dramática situación que vivían miles de personas para tratar de hacer negocios, siempre
a costa del sufrimiento ajeno. Las monedas de cambio eran las mujeres y
hombres de distintas nacionalidades que habían caído en las garras del
terrorismo de Estado, tal como quedó confirmado en un cable reservado
del 8 de septiembre de 1976 (pinche para poder leer el informe).
Ese día, el encargado de Asuntos Consulares de la embajada de España en
Argentina, José Luis Pérez Ruiz, envió un informe secreto al ministro
de Exteriores, Marcelino Oreja, para avisarle que si había interés en
reunir datos sobre los detenidos de origen español, primero debían pagar a los agentes corruptos.
"Tengo
la honra de poner en conocimiento de Vuestra Excelencia que se ha
recibido información, muy confidencial, de que hay algunos miembros de
la Policía que, mediante el pago de una cantidad que al parecer oscila
entre los 10.000 y los 30.000 pesos (entre 40 y 70 dólares de la época),
suministran información sobre lo ocurrido a extranjeros desaparecidos.
Según dichas informaciones, alguna embajada acreditada en Buenos Aires
ha utilizado dichos servicios", revelaba el funcionario en su nota.
A
renglón seguido, comunicaba que el embajador español, Gregorio Marañón, ya había dado su visto bueno para la compra de información
sobre sus compatriotas secuestrados, por lo que la representación
diplomática se apresuró a solicitar al ministro un "adelanto de caja"
para pagar la extorsión. No valdría de mucho: los españoles
desaparecidos en Argentina siguen, cuatro décadas después,
desaparecidos.
FUENTE: http://www.publico.es/especiales/memoriapublica/551915/espana-conocia-la-existencia-de-campos-de-concentracion-en-argentina
Fabuloso descubrimiento arqueológico en el subsuelo de Teotihuacán/ Diario israelita dibuja a Netanyahu al frente del 11-S
0 Comments Published by admin October 31st, 2014 in Política actual
Debo
pedir disculpas a todos los lectores de esta web porque, envuelto en el
arsenal de noticiones que están sucediendo, he olvidado contaos uno
gordísimo que viene desde Méjico y que entronca con el profético momento
que estamos viviendo. Se trata, nada más y nada menos, que el “descubrimiento” de 150 metros de túneles y galerías bajo el complejo de Teotihuacán,
recopilando 5000 objetos!! Y claro, aparece unos días antes del “Día de
muertos” que es una festividad especialmente importante para los
antiguos (y nuevos) aztecas.
Si pongo la palabra “descubrimiento” entre comillas es porque, obviamente, no se ha descubierto en estos días sino que se tenía preparado el anuncio para… un momento especial. Lo que nos deja a la espera de lo que han encontrado allí que, sin duda, irá en consonancia con el contacto con otras civilizaciones por parte de la élite de las antiguas civilizaciones.
Como digo, esto no para y hoy mismo nos enteramos de que el jefazo de JP Morgan (sí, el mismo Jimie Daemon que puso en la matrícula de su coche “Demasiado grande para caer”) ha contraído un repentino cáncer de garganta. Recordad que los chinos se hicieron con el edificio más emblemático de este banco hace meses…
Y para rematar la locura en la que vivimos, sentaos, y respirad profundamente.
El periódico israelita Haaretz publica una caricatura de Netanyahu pilotando el avión que se estrella contra una de las torres gemelas. ¿Hace falta que os explique el mensaje subliminal?
No, ¿verdad? Apretaos el cinturón porque vienen curvas.
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Como digo, esto no para y hoy mismo nos enteramos de que el jefazo de JP Morgan (sí, el mismo Jimie Daemon que puso en la matrícula de su coche “Demasiado grande para caer”) ha contraído un repentino cáncer de garganta. Recordad que los chinos se hicieron con el edificio más emblemático de este banco hace meses…
Y para rematar la locura en la que vivimos, sentaos, y respirad profundamente.
El periódico israelita Haaretz publica una caricatura de Netanyahu pilotando el avión que se estrella contra una de las torres gemelas. ¿Hace falta que os explique el mensaje subliminal?
No, ¿verdad? Apretaos el cinturón porque vienen curvas.