Todos los ingredientes de una intriga policíaca se reúnen en este documental televisivo de 42 minutos del realizador estadounidense Michael Kirk exhibido en Francia por el canal M6 con el título “El hombre que sabía”. Un ex agente especial del FBI al estilo de James Ellroy o Tom Clancey, hablador y seguro de sí mismo, la torre sur de las Twins Towers, el ogro Al-Qaeda, un embajador norteamericano en Yemen, el primer atentado terrorista en suelo estadounidense, el fantasma de Ben Laden y todo en medio de luchas de poderes, cientos de muertos, trampas, envidia, etc…
La emblemática figura de John O’Neill, hijo de un taxista de Atlanta amante de la gran vida, amigo de Robert de Niro, trabajador constante, no es, sin embargo, producto de la imaginación febril de un novelista sino algo auténtico. Muerto a los 49 años, O’Neill no tuvo ni el tiempo ni la posibilidad de terminar su trabajo, a pesar de todo lo que sabía. El gobierno norteamericano no le dio crédito ni tuvo confianza en él, y hasta es posible que haya hecho todo lo posible para hacerlo callar.
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Lo que presentía O’Neill, quien había investigado durante años el terrorismo islámico contra Estados Unidos, en Pakistán, África y Yemen, lo había repetido sin embargo la víspera, el 10 de septiembre, durante una cena entre amigos en un restaurante chic, el Elaine’s, del Upper East Side: “Algo nos va a suceder… algo enorme. Habrá cambios… una gran sacudida.” Chris Isham, de ABC News, le había dicho, en broma: “Ahora tienes un trabajo suave en el WTC. Allí no van a meterte bombas otra vez.” Después de reflexionar, O’Neill contestó: “Todavía tienen en mente terminar el trabajo. Lo harán de nuevo.” “No olvidaré nunca lo que me dijo aquel día.” Hacía años que O’Neill esperaba lo peor. Pero nadie le hizo caso. Lo tildaron de loco y lo echaron del FBI. ¿Por qué?