El golpe de Trump a Venezuela a plena luz del día que lo separa de la clandestinidad de Bush
Cuando Donald Trump exclamó espontáneamente en agosto de 2017 que "no descartaría una opción militar" en Venezuela, sus propios asesores se quedaron boquiabiertos. Poco después, la Casa Blanca emitió una declaración revelando que el mandatario estadounidense había rechazado una llamada telefónica de Nicolás Maduro, el presidente venezolano.
Los antecedentes: Bush y Obama
Las declaraciones de Trump también sorprendieron a Caracas, que estaba acostumbrada al silencio de Washington con respeto a sus mandatarios. De hecho, el presidente George W. Bush, durante toda su gestión, mantuvo la política firme de evitar decir el nombre de Hugo Chávez. Obama fue el único presidente estadounidense que dio la mano a Chávez, durante una Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago en el 2009. Sin embargo, nunca se llegaron a celebrar encuentros bilaterales ni conversaciones formales entre jefes de Estado, a pesar de las solicitudes de Venezuela.
En lugar de normalizar la relación entre Washington y Caracas, Obama intensificó la agenda agresiva contra Venezuela, continuando las hostilidades que habían comenzado durante el gobierno de Bush. Fue Obama quien declaró a Venezuela "una amenaza inusual y extraordinaria" a la seguridad nacional de Estados Unidos, decreto que le permitió la imposición de sanciones contra funcionarios venezolanos y calificar a Venezuela como un país 'enemigo'.
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