Este artículo analiza la relación que
existe entre la concentración de la propiedad, por un lado, y el tamaño e
intensidad de la pobreza, por el otro.
La revista de negocios estadounidense Forbes
publica información periódicamente sobre los super-ricos del mundo, considerando
como tales a aquellas personas que ingresan más de 50.000 millones de dólares al
año. El Institute for Policy Studies de Washington D.C., EEUU, y la revista
económica Dollars and Sense han publicado una reseña basada en los datos de
Forbes que da una imagen certera de la distribución de los super-ricos (Robin
Broad y John Cavanagh, “The Rise of the Global Billionaires”, Enero/Febrero
2014). Y lo que se observa de una manera muy clara es el cambio desde los años
noventa en la distribución de los super-ricos. Desde después de la II Guerra
Mundial, los super-ricos se concentraban en EEUU, Europa Occidental y Japón. La
situación actual, sin embargo, es muy diferente. EEUU continúa siendo el país
con un mayor número de super-ricos (442), un número que en proporción sobre el
total de super-ricos del mundo no ha variado a lo largo de los últimos años.
Estos 442 representan alrededor del 31% de todos los super-ricos del mundo.
Ahora bien, donde ha habido un cambio enorme ha sido en la República de China
(122) y Rusia (110), que pasaron de no tener ninguno a ser el segundo y tercero
en tener super-ricos. Alemania es el cuarto país (58), seguido de India (55),
Brasil (46), Turquía (43), Hong Kong (39) y el Reino Unido (38). Estos datos
muestran el número de super-ricos, pero no señalan el nivel de riqueza que
alcanza cada super-rico. Si miramos estos datos, podremos ver que el individuo
más rico del mundo, el Sr. Carlos Slim (73.000 millones), vive en México (un
país donde la pobreza es muy extensa), seguido de Bill Gates en EEUU y Amancio
Ortega en España (57.000 millones), uno de los países con una mayor tasa de
desempleo y una mayor tasa de pobreza en la OCDE.
El significado de estas cifras va más allá de los
números señalados, pues que existan super-ricos quiere decir que hay una enorme
concentración de la riqueza, ya que cuando hay super-ricos –la cúspide de la
pirámide– quiere decir que hay también ricos y casi ricos. En otras palabras, es
un indicador de que aquel país tiene una enorme concentración de la riqueza y,
por lo tanto, grandes desigualdades.
El segundo significado de la existencia de
super-ricos es que también hay muchos superpobres.
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