En realidad, tal como explica Pedro Baños en su nuevo libro “El dominio mundial" (Ariel, Barcelona, 2018), esa imagen que tenemos de nosotros mismos es engañosa. Vivimos en un mundo dominado por unas élites que han alcanzado el poder de crear cultura de masas y que ocultan, detrás de ese ideal humanista que la mayoría de nosotros compartimos, el verdadero motor de nuestra historia, que no es otro que el afán de poder y de dominar al mundo por parte de una minoría.
Esta nueva obra completa la anterior: “Así se domina el mundo” (Ariel, Barcelona, 2017), en la que Baños revelaba los hilos ocultos que dominan la realidad del mundo actual y ponía de manifiesto que hoy sigue vigente el histórico principio de que los poderosos intentan imponer su voluntad y dejar su impronta por donde pasan.
Baños explica que la economía es la que históricamente ha marcado la historia de nuestra civilización, salpicada no sólo de alianzas internacionales, sino sobre todo de episodios bélicos que alcanzaron su clímax en el siglo XX con las dos guerras mundiales. Y viene a decir que los ideales de libertad por los que murieron millones de personas en esas dos guerras, ocultaban en realidad las ambiciones económicas de unos pocos.
Esas ambiciones han refinado sus estrategias después de 1945 y hoy se sustentan no sólo sobre la potencia militar o económica, o en las otras fuentes clásicas de poder como la diplomacia, la Inteligencia, el control de los recursos naturales, del territorio y la población, sino también en la ciencia y la tecnología, que les permiten alcanzar el dominio del mundo desde una perspectiva más sutil: la cultural.
El secretario de Estado Mike Pompeo acaba de nombrar a Elliot Abrams enviado especial para Venezuela.
Ellio Abrams es un neoconservador histórico. Fue miembro de la camarilla judía que rodeaba al senador demócrata Henry Scoop Jackson, antes de entrar a la administración del presidente republicano Ronald Reagan. Se casó con la hija adoptiva de Norman Podhoretz, redactor jefe de la publication Commentary y es uno de los iniciadores de la teopolítica.
Abrams supervisó la creación de la National Endowment for Democracy (NED), la agencia que se encarga de perseguir públicamente los objetivos que la CIA persigue de forma encubierta. Fue uno de los organizadores de la guerra contra Nicaragua y Salvador, incluyendo el caso Irán-Contras, bajo la presidencia de Ronald Reagan. También fue consejero para la «democracia global» en la administración de Bush hijo. Desde ese cargo supervisó la intentona golpista contra el presidente venezolano Hugo Chávez, en 2002.
Durante la última elección presidencial estadounidense, Elliot Abrams tomó posición contra Donald Trump. Sin embargo, ya después de la elección, el Estado Profundo trató de imponerlo como secretario de Estado, pero el presidente Trump se negó a aceptarlo.
La nominación de Elliot Abrams como enviado especial para Venezuela marca un viraje radical en la política de la administración Trump.
Estados Unidos crea condiciones para invadir Venezuela
por Thierry Meyssan
Estados Unidos tiene para la Cuenca del Caribe un proyecto que el Pentágono expuso en 2001. Ese plan es tan destructivo y sanguinario que Washington no puede reconocer su existencia, así que tiene que inventar una narrativa aceptable. Eso es lo que estamos viendo en Venezuela. Pero, ¡cuidado!, las apariencias esconden cada vez más la realidad, durante las manifestaciones prosigue la preparación de la guerra.
Considerando el apoyo de Estados Unidos más importante que el voto de sus compatriotas, Juan Guaidó se autoproclamó presidente interino de Venezuela.
Creación del conflicto
Durante los últimos meses, Estados Unidos ha logrado convencer a una cuarta parte de los países miembros de la ONU –entre ellos 19 países de las Américas– para que no reconozcan el resultado de la elección presidencial realizada en Venezuela en mayo de 2018. Por consiguiente, esos países tampoco reconocen la legitimidad del segundo mandato del presidente Maduro.
En una entrevista concedida al Sunday Telegraph y publicada el 21 de diciembre de 2018, el ministro británico de Defensa, Gavin Wiliamson, declaraba que Londres está negociando la instalación de una base militar permanente en Guyana para retomar la política imperial británica anterior a la crisis de Suez. Aquel mismo día, un diputado guyanés hacía caer sorpresivamente el gobierno de su país y, de inmediato, se refugiaba en Canadá.
Al día siguiente, la transnacional petrolera estadounidense ExxonMobil afirma que un barco que había alquilado para realizar trabajos de prospección dentro de la zona en litigio entre Guyana y Venezuela había sido expulsado de aquellas aguas por la marina de guerra venezolana. La expedición contaba con una autorización concedida por el gobierno guyanés saliente, que administra de facto la zona en litigio. Inmediatamente, el Departamento de Estado, y después el Grupo de Lima, denuncian el incidente como un peligro que Venezuela hace correr a la seguridad regional.
Pero el 9 de enero, el presidente Maduro revela grabaciones de audio y video que demuestran que ExxonMobil y el Departamento de Estado mintieron deliberadamente para crear una situación de conflicto y empujar los países latinoamericanos a entrar en guerra entre sí. Los países miembros del Grupo de Lima reconocen entonces la manipulación, con excepción de Paraguay y Canadá.
El 5 de enero, la Asamblea Nacional de Venezuela elige su nuevo presidente, Juan Guaidó, y se niega a reconocer la legalidad del segundo mandato del presidente de la República, Nicolás Maduro. Según la Asamblea Nacional, la situación es similar al caso previsto en el artículo 233 de la Constitución. Según ese artículo, cuando un presidente de la República se ve impedido de ejercer sus funciones –por enfermedad–, el presidente de la Asamblea Nacional lo reemplaza automáticamente. Como puede verse, esto no tiene nada que ver con la situación actual.
El 23 de enero, los opositores a la Revolución Bolivariana y sus partidarios realizan simultáneamente una serie de marchas en Caracas. Juan Guaidó se autoproclama entonces presidente interino del ejecutivo. Estados Unidos, Canadá, Reino Unido e Israel lo reconocen de inmediato como nuevo presidente de Venezuela. España que ya participó antes en varias intentonas golpista contra Hugo Chávez, empuja la Unión Europea a sumarse a la nueva maniobra.
La lógica de los acontecimientos conduce Venezuela a romper las relaciones diplomáticas con Estados Unidos y a cerrar su embajada en Washington. Afirmando que el presidente Nicolás no tiene derecho a romper relaciones con Estados Unidos, Washington mantiene su embajada en Caracas y sigue aportando leña al fuego.
El 24 de enero, el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, comparece ante la televisión con su alto mando y confirma el compromiso de la Fuerza Armada Bolivariana al servicio de la Nación y del presidente electo constitucionalmente, Nicolás Maduro. El ejército es la única institución verdaderamente eficaz del país.
Puertas estelares y 'capas invisibles': Estudios financiados por un programa secreto del Pentágono
La Agencia de Inteligencia de Defensa de EE.UU. publicó una lista de trabajos de investigación financiados en el marco de su programa secreto para buscar ovnis, revelado por primera vez en 2017.
Foto ilustrativa
U.S. Department of Defense Current Photos
El Pentágono destinó millones de dólares a investigaciones sobre los agujeros de gusano (hipotéticos pasajes a través del espacio-tiempo), la energía oscura, las 'capas' de invisibilidad y "la manipulación de dimensiones adicionales", entre otras materias, en el marco de su programa secreto para rastrear ovnis revelado por primera vez en 2017, según se desprende de documentos desclasificados la semana pasada en virtud de la Ley de Libertad de Información de EE.UU.
La grabación desclasificada de un ovni sorprende a los expertos: "hay que romper este tabú" (VIDEO)
Tras una solicitud de Steven Aftergood, director del Proyecto sobre Secreto Gubernamental de la Federación de Científicos Estadounidenses, la Agencia de Inteligencia de Defensa de EE.UU. publicó el pasado miércoles una lista de trabajos de investigación financiados bajo el llamado Programa de Identificación de Amenazas Aeroespaciales Avanzadas.
Los documentos desclasificados no revelan mucho más que los nombres asignados a 38 programas de investigación secretos, pero arrojan luz sobre algunos de los temas que estaban siendo estudiados, con títulos como 'Agujeros de gusano atravesables, puertas estelares y energía negativa', 'Camuflaje de invisibilidad' o 'Motor de curvatura, energía oscura y la manipulación de la dimensión extra', entre otros.
Programa secreto de 22 millones
El Departamento de Defensa del país norteamericano no había reconocido públicamente la existencia del programa hasta que fue desvelado por los medios de comunicación en diciembre de 2017. Según informó entonces The New York Times, de los 600.000 millones de dólares de su presupuesto anual, 22 millones fueron destinados entre 2008 y 2011 a financiar este programa, en el marco del cual se investigaban reportes de avistamientos de ovnis.
Desde el Pentágono afirmaron que el programa se cerró en 2012 tras cinco años de existencia, aunque personas cercanas al proyecto insisten en que sigue existiendo a día de hoy y que aquel únicamente dejó de contar con el financiamiento del Departamento de Defensa. Partes del programa permanecen en secreto.
Karl Wolfe, fue un sargento de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF), durante aproximadamente 4 años, iniciando sus labores en la milicia, en 1964. En 1965, trabajaba como técnico procesador de fotografías, sobre todo provenientes de levantamientos fotográficos, efectuados en relación a las hostilidades en Vietnam, esto en la Dirección General de Inteligencia del Comando Aéreo Táctico, de Estados Unidos.
Wolfe, recibió invitación de parte de su autoridad (Sargento Taylor), para presentarse en la Base Aérea de Langley en Virginia USA, dado que estaban teniendo problemas técnicos con el equipo que procesaba fotografías; que era bastante similar al que utilizaba en su trabajo ordinario. En esta base, había un laboratorio donde se conjuntaban mosaicos de fotografías obtenidas de la “Sonda Lunar Orbiter”, las cuales eran clasificadas como alto secreto, y estaban bajo la custodia de la NSA (National Security Agency / Agencia de Seguridad Nacional).
Karl Wolfe recibió una autorización de cifrado de alto secreto, antes de arribar a la base Langley, donde varios oficiales le condujeron a un hangar, y a un laboratorio; quedando solo con un joven militar residente, que ya estaba en ese laboratorio; dado que se había averiado un procesador de fotografías, y se requería traer otro. Conversando con el militar que se encontraba en el lugar, este le informó que las imágenes de la NASA, eran transferidas a Langley, para ser mejoradas previamente, antes que los cuerpos militares y los científicos, las estudiaran.
Wolfe preguntó; porque este trabajo no se hacía en Houston en NASA, la respuesta fue; que la desviación era de “alto secreto” (Top Secret). Una de la conveniencia, era que las tomas del Observer, dejaban ver estructuras en el suelo lunar del lado oculto de la Luna, las cuales; era muy obvio, que no eran de origen natural; o sea no tenían nada que ver con erosión, o eventos geológicos del satélite.
Explicándole el trabajo que realizaba, el militar sorpresivamente le dijo en forma concluyente: "Hemos descubierto una base, construida artificialmente, en el lado oscuro de la luna". La sorpresiva información según palabras de Wolfe, le pareció propia de una persona que necesita descargar un gran peso psicológico, al llevar a cuestas un gran secreto.
El mismo Karl Wolfe, se sobresaltó con lo que le dijo el militar, y pensó; que si había una base construida en la Luna…era obvio que no pertenecía a Los Estados Unidos; porque USA apenas se preparaba y estudiaba el suelo lunar, con miras para que el Apolo XI, (1969), alunizara en el satélite.
Por ello, contempló primeramente la idea de que otros países que tenían carrera espacial, en forma secreta, habían llegado primero a la Luna, y habían construido una base. El técnico en fotografía le presentó una foto-mosaico, en donde Wolfe, pudo ver figuras geométricas, estructuras verticales, cuerpos esféricos, torres, y dispositivos que recuerdan los platos de un radar terrestre, pero de dimensiones mucho más grandes que las conocidas. Esta instalación comenta Wolfe, parecían tener recubrimientos reflejantes, y algunas podían tener una longitud superior a los 500 metros.
Karl Wolfe informa haber quedado anonadado con lo que veía, y sintió mucho miedo de que se descubriera lo que le habían mostrado; pues las estructuras vistas, pensándola bien, eran obra no de humanos, sino de extraterrestres. Comenta que le hubiera gustado observar por más tiempo el material, y hacer copias, pero el riesgo era muy alto, y peligraba su vida. El evento marcaría a Wolfe toda su vida.
Wolfe después de haber cumplido más de 30 años de haber visto lo ya expuesto, tiempo en que se sintió más seguro para divulgar los acontecimientos, y apoyado en su integridad personal y trayectoria en su trabajo, procedió a divulgar lo que vio, pues tenía la convicción de que la gente, tenía el derecho de saberlo.
Karl Wolfe, junto con Donna Hare (empleada NASA), John Schuessler (Ing. De NASA), hacia el año 2001, denunciaron en la conferencia de prensa del Proyecto de Divulgación en Washington, DC; haber sido testigos de trabajos de encubrimiento; sobre todo de ocultamiento de fotografías y edición de las mismas, por parte de la NASA, en que aparecen ovnis, y detalles relacionados con este fenómeno.
El relato del sargento Karl Wolfe, ha sido expuesto en diversos medios; como en la entrevista en el Proyecto de Divulgación, del Dr. Steven Greer.