Al terminar la Segunda Guerra Mundial se le prohibió a Japón la posesión de medios militares de índole ofensiva, como portaviones, bombarderos aéreos de largo alcance, misiles balísticos, etc.
Hoy en día, la marina de guerra de Japón posee 20 submarinos de ataque, 39 destructores (8 de los cuales están dotados del sistema de combate AEGIS y de misiles antibalísticos) y 3 portahelicópteros.
Pero el gobierno japonés ha decido dotarse también de portaviones. Supuestamente, el armamento japonés sólo cumpliría un papel defensivo y estaría destinado a garantizar la neutralización de ciertas amenazas. Pero, cuando esas armas entren en su fase operativa, nadie podrá impedir que Japón se convierta en una fuerza ofensiva.
Las negociones con Estados Unidos han mostrado que Japón está deseoso de reemplazar 107 aviones de combate F-4 y F-15por los nuevos F-35A, que son aviones de combate de quinta generación. Japón quiere también 40 ejemplares del F-35B, la versión del F-35 de despegue y aterrizaje vertical destinada a la marina de guerra.
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