Al descubierto la complicidad británica, saudí y del FBI en la masacre de Orlando: Son los mismos que ocasionaron el 11-S
16
de junio de 2016 — El cuento inicial de que la masacre de Orlando fue
obra del Estado Islámico se desintegra rápidamente, en la medida en que
aparecen más pruebas que muestran a la misma combinación de fuerzas que
llevaron a cabo los ataques del 11-S del 2001, o sea, los británicos,
los saudíes y el FBI.
El asesino de Orlando, Omar Mateen, fue por mucho
tiempo empleado de una de las agencias de seguridad privadas de la
corona británica más grandes del mundo –-y de las más sucias también—
G4S, con 620,000 empleados en más de 100 países del mundo. La G4S es la
tercera corporación privada más grande del mundo, y es una parte
fundamental del “imperio invisible” de la monarquía británica, de
mercenarios privados, asesinos y operativos clandestinos. En Estados
Unidos, G4S tiene los contratos de seguridad para el 90% de las plantas
de energía nuclear en Estados Unidos, es un importante contratista del
Departamento de Seguridad Interna, e incluso tuvo a su cargo la
seguridad de los pozos petroleros de la British Petroleum en el Golfo de
México, lugar donde trabajó Omar Mateen por varios años.
A pesar del hecho de que varios colegas de Mateen
exigieron a sus empleadores que despidieran a Mateen, debido a su
comportamiento psicótico y violento, la empresa lo mantuvo e incluso
hizo los trámites para que pudiera portar armas ocultas.
Mateen hizo dos viajes a Arabia Saudita, en 2011 y
en 2012, y se hospedó en hoteles cuatro estrellas y en otros sitios
caros. No se conoce que es lo que hacía allá, aunque ambos viajes
ocurrieron mientras que era empleado de G4S.
Mateen estuvo bajo investigación del FBI por casi un
año, como sospechoso de tener nexos con terroristas, pero finalmente,
el FBI dejó el caso y en ningún momento estuvo en riesgo su empleo en
G4S. De hecho, informes recientes publicados en el diario New York Times y en el sitio electrónico The Intercept,
dejan en claro que el propio FBI ha venido controlando todo un ejército
de provocadores “islamistas” pagados, por medio de las típicas
operaciones encubiertas para “entrampar” presuntos delincuentes (“sting”
en la jerga del FBI, que en inglés significa “pinchazo”) las cuales
cobraron notoriedad en las décadas de 1970 y 1980 con las operaciones
Abscam y Brilab, en las cuales agentes del FBI se disfrazaban de
príncipes saudíes para tentar a miembros del Congreso y del movimiento
sindical y luego ponerles una trampa para acusarlos de soborno. La mitad
de los casos de “terrorismo” abiertos por el FBI desde el 11-S, tienen
que ver con estas operaciones de pinchazo, y en muchos de los casos, los
individuos involucrados padecían enfermedades mentales o estaban
desesperados financieramente, o las dos cosas.
Si se quiere entender como controlan los británicos y
manipulan la política de Estados Unidos, solo hay que estudiar con
cuidado el nexo anglo-saudí-FBI. Este aparato ha sido un factor
dominante desde que las monarquías británica y saudí iniciaron el
acuerdo Al Yamamah de petróleo por armas en 1985, con sus cuentas
secretas en los paraísos fiscales para financiar el terrorismo yihadista
mundial. Para que Estados Unidos recupere su independencia, se tiene
que exponer y aplastar este aparato por completo y para siempre.
Es por eso que los británicos, los saudíes y el FBI
están aterrorizados con la posibilidad de que las 28 páginas dejen de
ser secretas. Las pruebas que contienen esas páginas, independientemente
de las mentiras que salen de John Brennan y Barack Obama, abren la
puerta para ver todo el control del imperio británico, de arriba abajo,
sobre el terrorismo mundial. Una intervención sumamente importante en
este respecto, es la resolución HR-779 que acaba de introducir el
congresista Walter Jones, la cual exige la publicación inmediata del
capítulo de 28 páginas suprimidas de la Investigación Conjunta del
Congreso sobre el 11-S, en el Registro del Congreso, sin ninguna
interferencia de Obama o de John Brennan, siguiendo la separación de
poderes que marca la Constitución.
El hecho de que la propuesta se introdujo el mismo
día en que llegó a Washington el segundo príncipe heredero de la corona
saudí, el poder tras del trono, príncipe Mohammed bin-Salman, para
reunirse con John Kerry, Ashton Carter, John Brennan, James Clapper,
Paul Ryan y Nancy Pelosi, es muy oportuno.
Este es un momento de enfrentamiento total, y se tiene que movilizar a
todas las fuerzas sensatas para forzar que salga la verdad sobre el
imperio británico-saudí, y para acabarlo de una vez por todas.
FUENTE: https://es.larouchepac.com/es/20160616/al-descubierto-la-complicidad-britanica-saudi-y-del-fbi-en-la-masacre-de-orlando-son-los
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