17 febrero 2016

Las bondades del no-gobierno


Hace cinco meses que España no tiene gobierno; ¿tú has notado algo? ¿Verdad que todo sigue igual que cuando había gobierno? ¿Sabías que Bélgica estuvo tres años sin gobierno y el sistema siguió funcionando sin que se notara falla alguna?

Desengañémonos: el sistema funciona sólo, gracias a los funcionarios y a los mecanismos elaborados durante décadas. Desde que comenzó la democracia, los gobiernos no sólo no han solucionado uno sólo de los problemas de la ciudadanía (el paro, la angustia de vivir, la carestía del dinero, la enfermedad, el caos urbanístico) sino que todos ellos se han agravado en todos estos años. Es decir, los gobiernos lo único que saben hacer es empeorar las cosas: jamás habréis oído a algún ministro exponer una buena idea, una idea positiva para el Ser Humano.

Yo por lo menos, en toda mi vida jamás escuché nada inteligente ni valiente por parte de un ministro. No tienen inteligencia, ni creatividad, ni conocimiento.

¡Claro que a mí me encantaría que hubiera un gobierno que atacara el dinero-deuda y la cultura-basura que pervierte nuestras mentes! Pero como sé que ninguno de los partidos conoce el origen de los problemas (y por tanto, su solución), ni siquiera son conscientes de ello, considero que es preferible continuar sin gobierno, cuanto más tiempo, mejor: de momento, los planes del Nuevo Orden Mundial se han paralizado, gracias a la inmovilidad producida por el resultado de las elecciones. ¿No notáis como una placidez espiritual por esa falta de las sempiternas frases vacías de los ministros? ¡En Madrid hasta se respira mejor sin ese traumatismo craneoencefálico permanente que son los gobiernos! ¡Parece que hay más espacio para la mente sin las paridas ultrarrepetidas por los políticos que nos llevan golpeando los espíritus desde nuestra infancia!

Sí: el único problema real que podría generar la necesidad de un gobierno es el separatismo de los traumatizados con la leyenda negra española pero, visto lo visto, en Barcelona están tan desunidos… como en Madrid (hasta en eso van las dos ciudades juntas).

Otra ventaja de que no haya gobierno es que los jueces pueden trabajar en los casos de corrupción sin intromisiones de los ministros e, incluso, podríamos ver una cierta liberación de información por parte de los medios de comunicación públicos, aprovechando la coyuntura.

Así pues: ¡apoyemos el no gobierno!
Disfrutemos del espectáculo de que los que no creen en el Bien Común intentan ponerse de acuerdo en lo más mínimo!

FUENTE:  http://www.rafapal.com/?p=87296

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