El informe de 500 páginas sobre la tortura de la era Bush, publicado por el Senado de Estados Unidos, marca un importante punto de inflexión en el poder de Estados Unidos. Si bien gran parte de lo que dice el informe es noticia ya conocida para la mayoría de los seres humanos conscientes, el hecho de que fuese emitida por el Comité de Inteligencia del Senado de Estados Unidos y el hecho de que se informase de ello ampliamente en los medios de comunicación de propaganda corporativa es muy importante. Por un lado, muestra que la facción nazi del cabal ya no controla los medios corporativos. Se confirma la información que me dieron anteriormente de que la facción Cohen del cabal había roto filas con la facción Bush.
Aún más importante es que según las normas del “establishment”, una vez que un incidente está “en las noticias”, entonces hay que tomar medidas. Ya que Estados Unidos ha firmado la Convención de Ginebra, eso significa que su gobierno está obligado por ley a enjuiciar a los criminales de guerra. Esto significa, tal y como habíamos previsto la semana pasada, que George Bush Jr. y toda la facción nazi (Neo-con) del cabal se dirigen a la cárcel e incluso a la pena de muerte.
La publicación de este informe llega a la vez que el Prince William de la Corona Británica se encontraba en Washington para “asistir a una conferencia del Banco Mundial”. Fuentes gubernamentales japonesas dicen que mientras estuvo en Washington, William firmó tratados que confirmaron un cambio de propiedad del gobierno corporativo de los Estados Unidos. Sin embargo, fuentes del MI5 sólo pudieron confirmar que William firmó unos documentos. El momento de la publicación del informe de la tortura pudo haber estado relacionado con eso.
Además, ¿recuerdan cómo Bush Jr. y Tony Blair pidieron cada uno por su cuenta una audiencia privada con el Papa malévolo (Benedicto XVI) después de dejar sus puestos? Ellos estaban mostrando al mundo que tenían un poderoso protector y que estaban más allá de cualquier persecución. Bueno, el nuevo papa Francisco y el P2 les han quitado su inmunidad y es por eso por lo que los juicios por crímenes de guerra son ahora posibles.
Altos cargos del gobierno de la ONU, del Reino Unido, los chinos y otros muchos están reclamando esto ahora mismo.
Algunos de los clientes principales de Bush en todo el mundo están ahora, como es comprensible, corriendo asustados porque su gran mecenas está perdiendo. Uno de ellos es el Dalai Lama, un asesino nazi hipócrita al que se le negó una audiencia con el Papa la semana pasada. Esto significa que no tiene protección. Otro es el sultán de Brunei, que, según agentes de la CIA en el sudeste asiático, ha sido siempre uno de agentes clave para el blanqueo de dinero en el negocio de los narcóticos mundial de Bush. Un tercero es Agha Khan, un descendiente del profeta Mahoma que dirige una gran parte del tema Al Qaeda para la facción Bush, según fuentes del MI5.
Agha Khan, el Dalai Lama y el sultán de Brunei eran todos miembros de un comité secreto que controlaba los fondos mundiales en las cuenta las garantías que estaban destinados a ser utilizadas en beneficio de las personas del planeta, pero en cambio fueron mayormente malversados.
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