El gabinete de Netanyahu aprueba la ley de la nacionalidad judía, que consagra la discriminación legal de la minoría árabe y confirma la espiral extremista
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.- REUTERS
Israel ha aprobado esta semana por 14 votos contra seis el polémico proyecto de ley "Israel, la nación-Estado del pueblo judío", más conocida como Ley de la Nacionalidad, que en los próximos días también votará el parlamento, tal vez en una versión más edulcorada, para convertirse en ley. Esta iniciativa legislativa coloca el carácter judío del Estado por encima de su carácter democrático y revela con claridad el viraje religioso y nacionalista cada vez más acusado de este país tanto a nivel institucional como a nivel popular.
El proyecto de ley contiene otros artículos controvertidos, como el que suprime como lengua oficial el árabe, que es el idioma del 20%, el sometimiento de la justicia "al espíritu de la enseñanza del Pentateuco", lo que limitará sensiblemente las competencias del Tribunal Supremo, o el impulso de la construcción judía (pero no árabe) en todo el país. De ese modo, la iniciativa consagra la discriminación legal de la minoría árabe y confirma la espiral extremista que se respira por todas partes y se ha venido agudizando en las últimas dos décadas de una manera firme y progresiva.
Dos partidos de la coalición de Gobierno se oponen a la ley pero constituyen una minoría
Dos partidos de la coalición de Gobierno, el Movimiento, de Tzipi Livni, y Hay un Futuro, de Yair Lapid, se oponen a la ley pero constituyen una minoría. De hecho, la primera iniciativa de esta ley la propuso hace nueve años la propia Livni, y su actual oposición tiene más que ver con las formas que con el fondo. El primer ministro Benjamín Netanyahu ha dicho que destituirá a los ministros que voten en contra y ha puesto en marcha un diálogo para substituir en la coalición a los dos mencionados partidos por las formaciones ultraortodoxas Shas y Judaísmo Unido del Pentateuco en caso de que sea necesario.
La votación en la Kneset se ha aplazado hasta la semana que viene y el titular de Exteriores, Avigdor Lieberman, está mediando entre Netanyahu y Livni y Lapid. La posición de Lieberman, que vive en una colonia judía de Cisjordania, es clara al respecto puesto que en alguna ocasión ha dicho que donde haya conflicto debe prevalecer el carácter judío del Estado sobre su carácter democrático.
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