10 diciembre 2013

Análisis sobre la victoria en las elecciones municipales de Venezuela del chavismo. Después de 19 elecciones y de vencer en 18 de ellas, el proyecto político de Chávez sigue avanzando


Ganar sin Chávez, consolidar el chavismo


 
Dijeron que era un plebiscito y fueron con todo. Que los ricos siempre van sobrados. Aún más si te apoyan los Estados Unidos. Contaban con que el empujón definitivo contra Maduro venía este 8 de diciembre. Llevaban unos meses en la tarea. Desabastecimiento inducido, sabotaje eléctrico, acaparamiento, inseguridad. Más los errores propios del gobierno (que eso ya lo ponen ellos). El mismo escenario que le prepararon a Allende antes del golpe de 1973. Desde Estados Unidos, Roger Noriega escribió la tesis del colapso total, que vendría a rematar, cuando la situación fuera insostenible, el ejército norteamericano. Que Venezuela tiene demasiado petróleo. Pleno acuerdo de una parte importante de la oposición. Por fin, el chavismo aniquilado. Fin de la pesadilla. Malditos rojos.
 
Dijeron que las elecciones eran un plebiscito. Que andaban convencidos. Y lo repitió El país y el ABC, El Mundo y Clarín, el New York Times y Newsweek, la CNN y la RAI, Excelsior y el Heraldo. Eran elecciones municipales, pero ¿a quién le importa? Se presentaban alcaldes y concejales que debían rendir cuentas de baches, suministros, agua, mercados o el tráfico. Elecciones municipales por vez primera sin Chávez. ¿Para qué perder la ocasión? Dijeron que eran más que unas municipales, que el chavismo sin Chávez estaba herido mortalmente, que si no cayó en las elecciones presidenciales, las que ganó Maduro por la mínima, ahora sí, ahora iba a tener que abandonar el Palacio de Miraflores (Elecciones cuyo resultado la oposición no reconoció, con resultado de 11 asesinatos y, de manera insólita, sin la imputación del líder Henrique Capriles, instigador de la desobediencia con resultado de muertes).
 
La situación llegó a ser  dramática. ¿Son libres unas elecciones en las que la oposición tiene la capacidad de golpear la legitimidad del gobierno a través de una guerra económica? ¿Qué hubiera pasado si se hubieran suspendido las elecciones por esa ofensiva de la oposición? ¿Acaso no las estaba suspendiendo la oposición con su capacidad de presión económica? Dijeron que era un plebiscito, y actuaron como si fuera una lucha a muerte. Que cuando la derecha no está en el poder, no le hace muchos ascos a romper las reglas del juego.
 
Pero a la fuerza ahorcan. Maduro despertó. El gobierno bolivariano se libró del shock de la ausencia de Chávez y reaccionó al sexto mes (las elecciones que hicieron Presidente a Maduro fueron en abril). Puso en marcha una nueva misión, la Gran Misión Barrio Nuevo-Barrio Tricolor (que volvía a atender a los más humildes); decidió ir contra los especuladores que estaban ganando hasta un 8000% (sí, un ocho mil por cien) aprovechando que recibían dólares subvencionados desde el gobierno para importar, robando a los venezolanos el sueldo mensual con sus abusivos precios (especialmente a las clases medias). Y detuvieron a unos cuantos corruptos de nivel medio. Al tiempo, la oposición calculó mal las ganas de batalla de la población, quien terminó recriminándoles su ánimo insistentemente golpista y vehementemente saboteador. Presentaron las elecciones como un plebiscito. Porque iban a tumbar a Maduro. Y cavaron su estúpida tumba. O no, que también para la oposición vale ser del Caribe y les aplica lo del realismo mágico.
 
Maduro sacó a Capriles un 1,5% en las elecciones de abril. En estas elecciones, le ha sacado el 6,5%. Casi esa distancia a la que nos había acostumbrado Chávez. Los que presentaron las elecciones como un plebiscito ¿no debieran asumir que lo han perdido? Y obrar en consecuencia. A no ser que sean simplemente unos bocazas que sólo juegan a la desestabilización.
 
 

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