Nos enseña a acompañar a nuestro paciente a este lugar que él no quiere ir, el inconsciente, este lugar oscuro que Carl G. Jung le llamaba sombra. Vendría a ser como la analogía de un cuento sufí: "Érase un hombre que estaba buscando las llaves que había perdido de su coche, y las estaba buscando a la luz de una farola. Se le acerca alguien y le pregunta: ¿qué estás buscando? Y él responde: las llaves de mi coche que las he perdido. A lo que le contesta: no te preocupes: ¿estás seguro de haberlas perdido aquí? No, le contesta, las he perdido allá, señalando la oscuridad. Entonces, ¿por que las buscamos aquí? Y él le contesta: ¡Porque aquí hay luz!
Nosotros actuamos igual, buscamos la solución a nuestros males en un lugar cómodo llamado consciente. Allí encontramos las explicaciones que nos interesan. En el consciente nos podemos justificar, razonar y explicar lo sucedido. Pero la solución está en el inconsciente, aquel lugar oscuro donde no queremos ir, porque en él se encuentran las auténticas razones que no queremos ver ni escuchar.
Hay que tomar consciencia de que la emoción es la clave, es la que nos permite vivir, es el motor.
Fuente: http://www.alfaomega.es/libros/tratado-de-biodescodificacion/9788496381834/
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