Público difunde hoy la última gran exclusiva de Wikileaks. Los voluntarios de la organización fundada por Julian Assange han obtenido millones de correos electrónicos de la Stratfor Global Intelligence, la llamada CIA en la sombra: una compañía privada que elabora informes de inteligencia para los gobiernos, servicios de espionaje y grandes multinacionales de medio mundo. Junto a Público, que participa como único medio español, han tenido acceso a esta nueva filtración de Wikileaks otros 20 diarios progresistas de todo el mundo.
Como demuestra la información obtenida por Wikileaks, Stratfor es un canal de doble sentido: no sólo alimenta a los servicios secretos con sus informes sino que también se nutre de ellos. En los próximas días, Público contará la información más relevante contenida en estos mails y documentos: un material que, al igual que ocurrió con el cablegate, será molesto, incómodo y, por lo tanto, ninguneado y menospreciado por algunos que sólo verán en él “lo que ya sabíamos”. También volverá otra vez el debate sobre la privacidad y la información: si es legítimo difundir lo que sucede en las tripas del poder.
De la importancia de Wikileaks, de su transcendencia, da la medida el tamaño de sus enemigos. No es sólo la CIA. No es sólo el Pentágono, ni el Departamento de Estado, ni los aliados de Washington ni las agencias de inteligencia de medio mundo. Tras la publicación de los cables diplomáticos de EEUU, Wikileaks sufrió un bloqueo bancario extrajudicial, un boicot financiero internacional, que ha intentado silenciarla, estrangulando su financiación. El bloqueo ha funcionado bastante bien: Wikileaks ha perdido el 95% de sus ingresos, que dependían casi en exclusiva de las donaciones. Su imagen también se ha deteriorado en este último año, víctima de una campaña de desprestigio y de algunos excesos de su fundador. Pero ni siquiera así han conseguido detener el funcionamiento de esta organización de voluntarios, que sigue viva, a pesar de las permanentes zancadillas que, cada tanto, la dan por muerta y enterrada.
Fuente: http://www.escolar.net/MT/archives/2012/02/publico-wikileaks-stratfo.html
Como demuestra la información obtenida por Wikileaks, Stratfor es un canal de doble sentido: no sólo alimenta a los servicios secretos con sus informes sino que también se nutre de ellos. En los próximas días, Público contará la información más relevante contenida en estos mails y documentos: un material que, al igual que ocurrió con el cablegate, será molesto, incómodo y, por lo tanto, ninguneado y menospreciado por algunos que sólo verán en él “lo que ya sabíamos”. También volverá otra vez el debate sobre la privacidad y la información: si es legítimo difundir lo que sucede en las tripas del poder.
De la importancia de Wikileaks, de su transcendencia, da la medida el tamaño de sus enemigos. No es sólo la CIA. No es sólo el Pentágono, ni el Departamento de Estado, ni los aliados de Washington ni las agencias de inteligencia de medio mundo. Tras la publicación de los cables diplomáticos de EEUU, Wikileaks sufrió un bloqueo bancario extrajudicial, un boicot financiero internacional, que ha intentado silenciarla, estrangulando su financiación. El bloqueo ha funcionado bastante bien: Wikileaks ha perdido el 95% de sus ingresos, que dependían casi en exclusiva de las donaciones. Su imagen también se ha deteriorado en este último año, víctima de una campaña de desprestigio y de algunos excesos de su fundador. Pero ni siquiera así han conseguido detener el funcionamiento de esta organización de voluntarios, que sigue viva, a pesar de las permanentes zancadillas que, cada tanto, la dan por muerta y enterrada.
Fuente: http://www.escolar.net/MT/archives/2012/02/publico-wikileaks-stratfo.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario