22 noviembre 2019

Nueva edición de El Vórtice con Isabel Movilla, madre de la niña desaparecida en 2015 Caroline del Valle. Las carencias de las instituciones quedan de nuevo en evidencia y las "extrañas circunstancias" que rodean el caso también



El Vórtice. Una hora de dolor.




En pleno otoño madrileño os damos la bienvenida a un nuevo Vortice.





Un mujer con una vida muy difícil impregnada del dolor y la impotencia ante la pérdida de su hija y la ausencia de respuestas. Un ejemplo de lucha y superación para tratar de saber la verdad que hay tras la desaparición de su niña.


En Vórtices anteriores hemos tratado en profundidad el asunto de las personas desaparecidas, especialmente menores y las graves carencias tanto en investigaciones y resultados como la deshumanización en muchas ocasiones de las autoridades y de sus instituciones.

La patria humanizada se construye desde la empatía y atención verdaderas a las personas que lo requieren y necesitan.

Tras el análisis del caso que nos ocupa es inevitable sospechar que hay “gato encerrado”, en un espectro que puede ir desde ocultar una negligencia policial pasando por desviar la atención ante el descontrol de la Generalitat como tutora de menores extranjeros hasta el oscuro submundo de las captaciones de menores para determinadas tramas y redes.


Es hora de exigir a la clase política una Ley Estatal e Integral de Atención a Familias de Personas Desaparecidas para que sean atendidas en todas las facetas y desde todas las perspectivas. Es un cuestión de voluntad y consciencia.


Gracias Isabel porque ante la deshumanización de la sociedad actual tu lucha nos ayuda a humanizarnos.


Director: Mitoa Edjang Campos
Colaboración: JMRSalinas (Geopolítica Cuántica)
Invitada: Isabel Movilla


FUENTE: https://www.elvorticeradio.com/2019/11/22/una_hora_de_dolor/


EN IVOOX:


https://www.ivoox.com/vortice-una-hora-dolor-desaparecidos-en-audios-mp3_rf_44607568_1.html







18 noviembre 2019

Propaganda, postverdad y nuevas formas de influencia sobre la población



Propaganda y postverdad

Hace 18 años que venimos debatiendo sobre la extraña evolución de los medios de ‎difusión, que parecen cada vez menos interesados en la realidad de los hechos. Ese ‎fenómeno se atribuye a menudo a la democratización de la información a través de ‎las redes sociales. Nos dicen que ahora cualquiera puede atribuirse el ‎papel de “periodista” y que eso conspira contra la calidad de la información. ¿Habría ‎entonces que restringir el derecho a expresarse dejándolo sólo en manos de las élites? ‎‎¿Y si fuera exactamente lo contrario? ¿No será que, en vez de ser la respuesta a ese ‎fenómeno, la censura que se pretende imponer es más bien la mejor manera de garantizar la continuidad del problema?
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Según el mito griego, ilustrado en esta imagen, Sísifo fue condenado a hacer rodar una enorme ‎roca cuesta arriba hasta lo alto de una montaña. Por supuesto, la piedra rodaba ‎nuevamente hacia abajo obligando a Sísifo a recomenzar‎ eternamente la absurda tarea.

La Propaganda

En los sistemas políticos donde el Poder necesita la participación del Pueblo, la propaganda tiene como objetivo lograr que la mayor cantidad posible de personas abrace una ideología ‎en particular y movilizar a esas personas para aplicar esa ideología. Sin importar la buena o mala ‎fe de quienes tratan de movilizar al Pueblo, los métodos utilizados son los mismos.
Sin embargo, durante el siglo XX, el diputado británico Charles Masterman, el periodista ‎estadounidense George Creel y sobre todo el ministro de Propaganda del III Reich Joseph ‎Goebbels teorizaron sobre el uso de la mentira y de la repetición de la mentira, sobre la ‎eliminación de los puntos de vista divergentes y sobre el proselitismo en el seno de organizaciones ‎de masas, con las devastadoras consecuencias que hoy conocemos.

Es por eso que, después de la dos Guerras Mundiales, la Asamblea General de ‎la ONU adoptó 3 resoluciones en las que condena el uso de la mentira deliberada con intenciones ‎de desatar guerras y advierte que los Estados deben velar por la libre circulación de las ideas, ‎única solución para evitar el engaño premeditado.
Aunque las técnicas de propaganda se han perfeccionado durante los 75 últimos años y se utilizan ‎sistemáticamente en todos los conflictos internacionales, hoy están cediendo lugar a nuevas ‎formas de influencia sobre los países que ni siquiera están en guerra. Ya no se trata de lograr ‎que el público se sume a una ideología y de que actúe al servicio del Poder sino, por el ‎contrario, de evitar que actúe, de paralizarlo.