06 junio 2025

Histórico cambio de paradigma en la relación entre EEUU y Europa

 

Donald Trump desvincula a Estados Unidos de la Unión Europea

En 1991 creíamos que la caída del “Imperio estadounidense” sería similar al derrumbe de la URSS. Pero no será así. Los aliados de Washington en el oeste de Europa pretenden perpetuar el “Imperio estadounidense”, con su líder o sin él, a pesar de que el presidente Donald Trump parece decidido a abandonarlos en medio del camino.
Después de haber desvinculado a Estados Unidos de los sionistas revisionistas que hoy acaparan el poder en Israel, el presidente Trump ahora desvincula a su país de la OTAN y de la Unión Europea, ya no quiere que su país mantenga su pasado estatus de “Imperio estadounidense”, ni que siga relacionándose con los nacionalistas integristas ucranianos.



Después de haber desvinculado a Estados Unidos de Israel [1], Donald Trump ha comenzado también a desvincular a su país de la Unión Europea. Como lo hizo antes con Israel, Trump dio inicialmente la impresión de que daba carta blanca a los países miembros de la Unión Europea y al Reino Unido, pero después comenzó a cortar el cordón umbilical.


Tratemos de recordar la secuencia de acontecimientos: el presidente Trump dejó que los dirigentes occidentales se convencieran de que ellos podían luchar solos contra Rusia en Ucrania. En numerosas reuniones, en París, en Londres y en Kiev, los dirigentes de la Unión Europea y del Reino Unido trataron de hacer ver que garantizarían juntos la seguridad del continente ante el peligro de «invasión rusa». Planearon poner todos sus países bajo los “paraguas” nucleares de Francia y del Reino Unido, que habrían de reemplazar el “paraguas nuclear” estadounidense. Se plantearon incluso una guerra continental contra Rusia y una reorganización de las alianzas alrededor del Reino Unido, Francia, Alemania y Polonia.

Y después… nada. Estados Unidos suspendió su coordinación con la Unión Europea [2]. Washington ya no coordina con la UE las medidas coercitivas unilaterales –las llamadas “sanciones”– que se adoptan contra Rusia. El 17º paquete de “sanciones” de la Unión Europea contra Rusia fue el último coordinado con Washington. El 18º, la Unión Europea lo adoptaría sola y los dirigentes europeos anuncian que será de proporciones nunca vistas… pero, sin Estados Unidos, ya está condenado al fracaso.

En el seno del Consejo de Europa [no confundir con el Consejo Europeo de la UE], Estados Unidos asistió como observador a la preparación de un «tribunal penal internacional para juzgar los crímenes rusos en Ucrania», pero se ha mantenido al margen [3]. Para Estados Unidos, la creación de ese “tribunal” simplemente carece de sentido –los tribunales penales de Nuremberg y de Tokio se crearon al calor de la victoria sobre el nazismo, mientras que el “tribunal” que el Consejo de Europa pretende crear anticipa un triunfo altamente hipotético de los nacionalistas integristas ucranianos, colaboradores de los nazis, frente a Rusia. Además, ese “tribunal” no cuenta con el aval de las Naciones Unidas y no tiene la menor posibilidad de obtenerlo dado el hecho que Rusia es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.


Hoy por hoy, el Reino Unido y la Unión Europea tendrían que aceptar lo que ya es evidente. No cuentan con los medios militares que necesitarían para aplicar su política. Se han encerrado en sus propias contradicciones, denunciando los daños colaterales que la operación militar especial rusa provoca en Ucrania… pero guardan silencio sobre los daños “colaterales”, visiblemente mucho más importantes y graves, que el ejército de Israel provoca cotidianamente en la franja de Gaza, con la supuesta “guerra” israelí contra el Hamas. Los dirigentes europeos han acabado alejándose por sí mismos de la administración Trump, a la que no toman en serio.

Los dirigentes europeos todavía cuentan con un arma: la confiscación de los fondos rusos que ya han congelado. Esos fondos les permitirían asumir la reconstrucción de Ucrania sin tener que pagarla ellos mismos. Pero, confiscar los fondos de un Estado invocando motivos políticos es una violación flagrante del derecho a la propiedad y sería una decisión irreversible. Una decisión de esa envergadura sólo podría justificarse en tiempo de guerra y tomándola contra un enemigo. Confiscar los fondos rusos equivaldría a declarar la guerra contra un enemigo que ya ha demostrado ser varias veces más poderoso que el Reino Unido y todos los Estados de la UE juntos.


Además del simple hecho que los ejércitos de todos esos Estados no aguantarían 2 días de guerra contra Rusia, la Unión Europea se convertiría en una especie de espantapájaros para sus socios actuales, en todo el mundo, que se plantearían justificadamente la siguiente interrogante: Si la Unión Europea decide confiscar los fondos rusos, ¿qué le impediría en el futuro confiscar también los fondos de cualquier Estado que no condene a Rusia?


El 14 de febrero pasado, durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, el vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance, dirigió una clara advertencia al Reino Unido y a la Unión Europea: «La amenaza que más me preocupa no es Rusia, no es China, no es algún otro actor externo. Lo que me inquieta es la amenaza interna, el retroceso de Europa en algunos de sus valores más fundamentales, valores compartidos con los Estados Unidos de América.»


Es esencial que entendamos bien lo que está sucediendo. El presidente Donald Trump exigió que todos los países miembros de la OTAN dediquen a su presupuesto militar un 5% de su PIB. Por tratarse de una meta imposible de alcanzar –exigiría el doble de los gastos militares actuales– era previsible que Estados Unidos abandonara el mando integrado de la OTAN. Simultáneamente, el presidente Trump declaraba repetidamente que la Unión Europea se creó para perjudicar a Estados Unidos, cuando en realidad la UE es la vitrina civil del “Imperio estadounidense”, cuya estructura militar es la OTAN. Ahora, cuando ya ha comprobado que el Reino Unido y la Unión Europea son incapaces de cuestionar el “Imperio estadounidense”, que sus dirigentes siguen siendo dependientes del “Imperio estadounidense” –en detrimento de sus conciudadanos europeos– y que se niegan a ser libres e independientes, Washington corta las amarras entre Estados Unidos y la UE, así como con el Reino Unido.

Observen ustedes que Donald Trump no agrede a los europeos occidentales, sólo los deja a la deriva en la búsqueda de una quimera.

Para aquellos que, como yo mismo, preveían la disolución de la OTAN y de la Unión Europea, como algo similar a lo que pudimos ver cuando se disolvió la Unión Soviética, esto es un paso hacia delante. Pero para los súbditos británicos y los ciudadanos de la Unión Europea es una catástrofe. En los próximos meses asistiremos a la reconciliación entre Estados Unidos y Rusia. Todos los principios básicos sobre los que se organizó el modo de pensar en Europa occidental y Reino Unido se irán a la basura. Para los pueblos de Occidente ha llegado el momento de reemplazar a sus élites y de modificar la organización de sus sociedades. Y no están preparados para eso.

En 1991 imaginábamos la disolución del “Imperio estadounidense” como un proceso similar al que se había producido en la URSS. Pero hoy puede verse que lo que el presidente Donald Trump tiene en mente es algo completamente distinto. Como Mijaíl Gorbachov, Donald Trump quiere que su país vuelva a sus principios fundamentales (Make America Great Again!), pero son sus aliados europeos quienes pretenden prolongar el imperio yanqui.

En Bruselas, la administración de la Unión Europea sigue sin aceptar al cowboy Donald Trump. La UE abriga la esperanza de que Trump sea asesinado en poco tiempo, de que pierda las elecciones mid-term (las elecciones legislativas que tienen lugar a la mitad del mandato presidencial) o que de alguna manera se vea obligado a regresar a la “normalidad”.

Podría decirse incluso que, de cierta manera, lo que ahora está en juego es el fin de la guerra fría, como cuando las redes stay-behind de la OTAN quitaban y ponían gobiernos en el poder en los países de Europa occidental. Los dirigentes de la Unión Europea, empezando por la presidente de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, y por la Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, la estonia Kaja Kallas, son productos directos de operaciones secretas como aquellas. Son hijos del “Imperio estadounidense” y pretenden mantenerlo, incluso en contra de la voluntad de Washington.


FUENTE: https://www.voltairenet.org/article222374.html

24 abril 2025

Aflora la Verdad del 11-S después de veinticuatro años

 

Tucker Carlson, confidente de Trump, revela la verdad sobre el 11 de septiembre, con Curt Weldon

El 11 de septiembre de 2001, tres rascacielos del mundialmente conocido World Trade Center de Nueva York se derrumbaron ante las cámaras del mundo entero en lo que fue presentado como una acción terrorista de envergadura nunca vista. La tesis oficial de la administración estadounidense atribuyó la operación a Osama ben Laden y la utilizó para justificar las invasiones contra Afganistán e Irak. Pero, en la tarde del mismo 11 de septiembre, sólo horas después de los hechos, el promotor inmobiliario Donald Trump ya señalaba que la destrucción del World Trade Center parecía más bien resultado de una demolición controlada. Seis meses después, el francés Thierry Meyssan publicaba su libro La gran impostura, donde desmentía la versión oficial de la administración de George W. Bush sobre lo sucedido el 11 de septiembre. Ahora, en 2025, un ex miembro de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos, Curt Weldon acaba de revelar públicamente las presiones que ejerció sobre él la administración de George Bush hijo, sólo por haberse atrevido a preguntar demasiado.



Curt Weldon y Tucker Carlson.

Mucho de lo que reveló el ex legislador republicano Curt Weldon en su ya histórica entrevista con Tucker Carlson –el periodista de mayor rating en Estados Unidos y, de paso, uno de los principales confidentes de Trump, según James Carville, connotado consultor del partido demócrata, muy cercano a los Clinton–, era más que conocido con exposiciones dispersas. Pero no es lo mismo que lo haya revelado ahora en forma condensada, en un video de 1 hora 24 minutos de duración [1], el legendario Tucker Carlson, lo cual desmonta toda la propagandística mendacidad hollywoodense y el encubrimiento de los principales multimedia, quienes vuelven a exhibir su miseria desinformativa.


Cabe señalar que, desde el mismo Baby Bush, quien operó el montaje del 11/9, hasta todos los presidentes subsiguientes de Estados Unidos –Barack Obama y Joe Biden– ocultaron la verdad sobre este hecho, que sirvió de coartada para las guerras en Afganistán e Irak. El mismo Trump 1.0 fue disuadido en no develar lo que excelsos investigadores se atrevieron a revelar poniendo en riesgo sus vidas.

Pareciera que los gobiernos seudodemocráticos prefieren la mentira para poder gobernar con el fin de perpetrar sus malignos objetivos meta-presupuestales.

Seis meses después de los atentados del 11 de septiembre, el francés Thierry Meyssan publica su libro “La Gran Impostura”, donde denuncia la versión oficial de la administración de Bush hijo. El libro se convierte en un éxito de ventas, pero la prensa mainstream acusa a Meyssan de “teórico de la conspiración”… sin poder desmentir el contenido de su libro. Inicialmente defendido por el presidente francés Jacques Chirac, pero abandonado por los presidentes franceses posteriores, Meyssan se ve obligado a exilarse y se convierte en consejero de jefes de Estado en Emiratos Árabes Unidos, Siria, Líbano, Venezuela, Irán y Libia.

El investigador galo Thierry Meyssan, director de Red Voltaire y primer lugar en el top ten de los analistas geopolíticos globales, había expuesto en su clásico libro La Gran Impostura que nunca existió el atentado de un avión yihadista a las instalaciones del Pentágono –lo cual le valió tener que exiliarse en Líbano y Siria después de haber recibido amenazas de asesinato de parte de la CIA.


Algo que poco se sabe y que fue revelado por un servidor es que el montaje del atentado al Pentágono sirvió como pretexto para encubrir el faltante contable (de la confesión misma del entonces secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld) de 2 300 millones de dólares que fueron mágicamente esfumados por el contralor y rabino jázaro –khazar en inglés– Dov Zakheim, miembro del siniestro grupo The Vulcans, dirigido por Condoleezza Condy Rice. No es lo mismo los magros faltantes del Pentágono en 2001 que los acumulados 19 años después cuando se han esfumado ¡35 000 millones! [2]

Igualmente, un servidor había señalado la asincronía del derrumbe de la tercera torre, demolida por la tarde, con las derribadas por la mañana Torres Gemelas [3]. Según Tucker Carlson, después de 20 años en el Congreso, Curt Weldon estaba a punto de convertirse en el jefe del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representante cuando puso en tela de juicio la precisión del reporte oficial sobre el 11/9.

Comenta Tucker Carlson que en represalia, la administración Bush envió agentes federales a la casa de la hija de Curt Weldon, que concluyó con su carrera política. Tucker Carlson expone que a sus 77 años el republicano Curt Weldon decidió decir la verdad sobre el 11/9 de 2001. Weldon fue legislador por Pennsylvania de 1987 a 2007 (¡20 años!) y fungió como vicepresidente del Comité de los Servicios Armados y del Comité de Seguridad Nacional, así que le tocó de primera mano enterarse de los intríngulis del 11/9 de 2001.


El connotado director y actor de cine Mel Gibson, nombrado embajador especial en Hollywood por Trump 2.0 –mismo puesto acreditado a los actores Jon Voight y Sylvester Stallone [4]– ya califica la entrevista como el mayor escándalo en la historia de Estados Unidos.

Tres edificios colapsaron [el 11 de septiembre de 2001] como si estuvieran programados para ello. No dos, sino tres. Hasta este día, nadie ha explicado cómo el edificio 3 se derrumbó aun sin que ningún avión lo golpeara. Mel Gibson revela que «las torres fueron diseñadas para soportar impactos de aviones. Los bomberos hablaron de explosiones dentro de los edificios».

En la tarde del 11 de septiembre de 2001, sólo horas después de los atentados, el promotor inmobiliario Donald Trump, entrevistado por el neoyorquino canal 9 de televisión, ya desmiente las primeras muestras de la versión oficial. Años después, su entrada en el escenario político estadounidense convierte a Donald Trump, por 2 veces, en presidente de Estados Unidos.

Lo destacado es que Trump 2.0 hasta ahora haya guardado silencio sobre el explosivo video de Tucker Carlson y su entrevista con Curt Weldon cuando su primer círculo informativo y un ex legislador republicano lo han dado a conocer en el contexto de su guerra de las tarifas, que ahora se ha centrado contra China.

Es hora de conocer públicamente que las Torres Gemelas fueran derribadas con una demolición controlada

 

El senador estadounidense Ron Johnson denuncia las incoherencias “oficiales” sobre el 11 de septiembre de 2001



Después de las recientes revelaciones del ex congresista estadounidense Curt Weldon sobre las presiones que la administración de George Bush hijo ejerció sobre él y su familia cuando se atrevió a señalar las incoherencias de la tesis oficial sobre los hechos del 11 de septiembre de 2001, ahora es el senador Ron Johnson quien también denuncia la fábula construida alrededor del derrumbe de las Torres Gemelas.

El senador Ron Johnson, quien ahora preside la comisión senatorial de seguridad nacional y asuntos gubernamentales y es una personalidad muy cercana al presidente Donald Trump desde que ambos se vincularon al Tea Party, resaltó el parecido entre el derrumbe de las Torres Gemelas del World Trade Center y las imágenes de cualquier demolición controlada.

El senador Ron Johnson aseguró que desde su nueva responsabilidad en la comisión senatorial ya mencionada y con la cooperación de la administración Trump, él espera aclarar lo sucedido durante los hechos del 11 de septiembre de 2001.

En la tarde del 11 de septiembre de 2001, solo horas después del derrumbe de las Torres Gemelas, el propio Donald Trump observó ante las cámaras de un canal de televisión de Nueva York que las imágenes de la catástrofe sugerían más bien que aquellos edificios habían colapsado como resultado de una demolición controlada.


VER VÍDEO:

https://www.voltairenet.org/IMG/mp4/benny_johnson_sur_x_senator_ron_johnson_drops_bombshell_tells_us.mp4


FUENTE: https://www.voltairenet.org/article222152.html

Los planes de la Comisión Europea para terminar de robar la soberanía a los Estados. Análisis brillante de Lorenzo Ramírez


 

FUENTE: https://www.youtube.com/watch?v=gYutrqnmt78