07 marzo 2013

Reflexión de Rafapal sobre Hugo Chávez

 
 
Aterricé en Caracas en el año 2002, con ocasión de una reunión de la Red Iberoamericana de la Luz (un proyecto Nueva Era que pretendía caminar en pos de la unificación espiritual) junto con el líder español, Koldo Aldai. En el aeropuerto, fuimos cortésmente recibidos por una mujer de lo que en España consideraríamos clase media-alta, que nos llevaría a su casa en su potente “carro” desde el aeropuerto de la Guaira. Sumido en una terrible decepción ante la condición humana por la hipnotización colectiva por el atentado del 11-S y la paranoia posterior, en el mundo new age quise encontrar una vía de esperanza para la materialización de mis sueños de un mundo nuevo. O, al menos, eso quería creer en aquel entonces…

Al llegar a la autopista de circunvalación de Caracas nos quedamos parados durante una hora que, tras el cansado viaje, se convirtió en una tortura.
-¡Estos jodidos chavistas!, dijo la señora.
Entre el caos existente y escuchando las “noticias” de una emisora de radio antigubernamental, pudimos enterarnos de que un grupo de personas estaba realizando cortes en la principal carretera caraqueña.
No había acabado de aterrizar y ya se me presentaba el mismo problema que en España: ¿cuál es la realidad? (¿será verdad que los hombre quieren torturar a las mujeres?) ¿tiene algún sentido que los chavistas realicen sabotajes contra su propio régimen?

Conociéndome como me conocéis, la adrenalina impidió que me callara y, recién llegado como estaba, encaré, con educación y respeto, a mi anfitriona.
-No sé, me parece un poco raro que los propios chavistas realicen estos cortes… ¿qué sentido tiene generar el caos?
-¡Tú qué sabes! ¡Acabas de llegar a este país! ¡Tú no sabes lo loco que está este hombre! ¡lo hace para echar la culpa a la oposición!, me contestó airada la defensora de la paz mundial y el contacto ET.
-Sinceramente, no me cuadra, no tiene sentido, repliqué, sin alzar la voz.
-Rafa, acabas de llegar al país… ella es de aquí, seguro que sabe más de la realidad de este país que tú, añadió el líder Nueva Era, Koldo Aldai, al que ese día empecé a verle el plumero: sempiterna cobardía afecta a la verdad oficial.

Tras acudir al citado encuentro, estuve cerca de un mes viajando por Venezuela, hablando con gente de uno y otro lado; los que, por mi procedencia española me corresponderían en términos de clase (los opositores) y la realidad de la calle, la de los barrios que, según me di cuenta, esta otra gente (algunos de altos ideales) desconocían casi por completo. Porque la realidad es que los llamados “escuálidos” desconocían la realidad en la que vivían muchos de los partidarios de Chávez: sólo sabían lo que les contaban los medios, y los medios difamaban al presidente con todas las armas de la telebasura. Jamás en mi vida he visto nada igual: para que lo entendáis en España, los programas del corazón eran los que opinaban de política; con ese estilo denigraban a Chávez. En esa realidad vivían una gran parte de los venezolanos.

Dado que la gente en Venezuela es muy simpática, me dio tiempo a hablar con mucha gente.
Durante esas semanas, vi con claridad la paranoia en la que el planeta entero estaba viviendo a consecuencia del pánico inducido por los medios de comunicación. Venezuela fue un laboratorio perfecto para comprobarlo: el mensaje “Chávez quiere robarnos porque es comunista” inoculado por los medios sionistas, caló tan fácilmente como ahora el mismo eslógan está calando en Cataluña respecto a “Madrid”. Ni a una parte de los chavistas ni a los medios de comunicación del Planeta les interesaba indagar en lo que Chávez estaba haciendo: por eso, obviamente, ni una sola revista se atrevió a publicar lo que escribí a la vuelta a Madrid. Les basta con lo que les cuentan pero no quieren saber la Verdad…

Pocos años después viviría el mismo escenario en mi ciudad, Madrid, con el atentado del 11-M, las personas vivirían una realidad diferente, dependiendo de los medios de comunicación que siguieran.

En Venezuela (y en el resto del mundo) una gigantesca campaña difamatoria impedía ver a Hugo Chávez como lo que era, convencidos de que un político no podía hablar ni actuar como él, porque nos convencieron de que los políticos tenían que ser serios, agrios y taimados. Chávez se salía del guión, de los prototipos establecidos, porque era humano: un niño grande, un ser humano extrovertido y directo, una persona que vivía la injusticia en carne propia; una persona del pueblo, en definitiva.

Los mismos que le inocularon el cáncer y los que se alegraron por él, temblaron de miedo ante el advenimiento de un líder de verdad: la persona que recoge el sentir del pueblo, lo dignifica con su propio proceder y lo enaltece, devolviéndole con creces la confianza que el pueblo le da. Ese es el concepto de líder que no quieren que conozcamos, ofreciéndonos como tales a los seres más corruptos y patéticos de la sociedad para que desconfiemos de los verdaderos líderes.

En los años 2005 y 2009 volví a Venezuela, para el Foro Social Mundial y una gira de charlas, respectivamente. Acudí a televisiones y radios a hablar del Poder Mundial, del 11-S, los Iluminati, los Bilderberg y los sionistas y pude hacerlo con total libertad, cosa que no se puede hacer, aún hoy, en casi ningún país del Planeta. En los tres meses que pasé, en total, en Venezuela, pude ver los logros y también los errores del chavismo, sobre todo ligados a la corrupción y una evidente deriva comunista con la consiguiente burocracia exaltadora de la mediocridad. Pero, con todos ellos, la percepción de que la conciencia de los caribeños aumentaba de una manera excepcional es algo innegable. De hecho, en los momentos de más decaimiento por el penoso estado de la sociedad española, Venezuela me insufló el ánimo para continuar; cada vez que volvía de allí, mis fuerzas se multiplicaban. Así pues, si esta página ahora tiene 300 y pico mil lectores mensuales es, en parte, gracias a Venezuela, y gracias a Chávez. No hay un sólo país en el Planeta donde se haya establecido ¡con fondos gubernamentales! un programa de elevación de la conciencia, como el que está involucrada mi amiga caraqueña Nieves: esa es, creo, la mejor prueba del carácter visionario de este hombre y de la ceguera de tantas personas con supuesta conciencia, en Venezuela y en el resto del mundo. ¡Aún hoy, parte de la izquierda española desprecia a Chávez por la única razón de que era militar!!

Hugo Chávez fue un producto de la dignidad del pueblo venezolano ante el saqueo que la casta sionista hizo de su riqueza que, como un boomerang, estableció como primer objetivo que las infraestructuras y la educación llegaran a todas las capas sociales. Y lo logró.

Pero no solo eso.

Sin experiencia ni formación política, armado únicamente de un corazón de oro, Chávez se dio cuenta de que el problema estaba mucho más arriba, en la cúpula del poder financiero planetario, y por ello se convirtió en el primer líder planetario propiamente dicho, pues su visión de la Humanidad rebasó las fronteras no sólo de Venezuela, sino de América Latina. De su encuentro con el presidente iraní Mahmud Ahmedineyad nació una sincera unión que superó las religiones y las culturas para alumbrar la Nueva Civilización que muchos estamos esperando, por lo que bien podría calificarse como “profético”. Hoy, las mezquitas de medio mundo lloran su muerte como la de un musulmán más.

Hugo Chávez puso las bases de lo que hoy día está a punto de lograrse: la derrota del sionismo, y, por eso, hoy siento que su muerte ha de coincidir, necesariamente, con el establecimiento de un nuevo sistema monetario que abola la usura y que, sin duda, él ayudó a crear entre bastidores.

Hoy, Hugo Chávez ya no está físicamente con nosotros gracias a los mismos que siguen atacándole sin tregua después de muerto, pero lo que no saben es que hoy ya hay millones de Hugo Chávez en el mundo, dispuestos a decir la verdad y a hacer realidad el sueño de una Humanidad libre de la usura: sus discursos ante las Naciones Unidas inspirarán a jóvenes durante generaciones.

Por eso digo que hoy el Ché Guevara ha muerto y la leyenda de Hugo Chávez ha comenzado, porque sus logros exceden en kilómetros a los del revolucionario argentino. El hombre ha muerto: ha nacido un Mito.
Durante 15 años, un país en la Tierra hizo realidad los ideales de justicia y modificó, por completo, la tendencia milenios de opresión sobre la especie humana. Es muy posible que, dentro de un tiempo, Hugo Chávez Frías sea considerado un profeta del Nuevo Tiempo.

PD: El cetro de Chávez ya tiene heredero, y es otro personaje inclasificable llamado, para más inri, Pepito Grillo. Mirad lo que decía el fundador del Movimiento 5 estrellas en 1998 respecto al dinero deuda.
Y tiene más de 100 diputados en Italia…
 
 
 
 
 

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