“Irán no respeta los acuerdos nucleares” (Il Tempo), “Irán se retira de los acuerdos nucleares: un paso hacia la bomba atómica” (Corriere della Sera), “Irán prepara las bombas atómicas: adiós al acuerdo nuclear” (Libero). Casi todos los medios anuncian en ese tono la decisión de Irán, consecuencia del asesinato del general irania Qassem Suleimani, ordenado por el presidente Trump, de no seguir aceptando las limitaciones para el enriquecimiento de uranio estipuladas en el acuerdo que firmó en 2015 con el grupo 5+1 (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia, China más Alemania).
O sea, esos medios de “información” no abrigan dudas sobre el origen de la amenaza nuclear en el Medio Oriente. Pero se olvidan de que fue el presidente Trump quien sacó a Estados Unidos del acuerdo 5+1 en 2018, acuerdo que Israel había definido como «la rendición de Occidente ante el eje del mal encabezado por Irán».
Tampoco dicen ni una palabra sobre el hecho que en el Medio Oriente hay una sola potencia nuclear: Israel, que ni siquiera se somete a ningún tipo de control porque no es firmante del Tratado de No Proliferación, documento que Irán sí firmó.
El arsenal nuclear israelí, sobre el cual se extiende una pesada capa de secreto y de silencio, está evaluado en una cantidad de entre 80 y 400 ojivas nucleares y en un volumen de plutonio suficiente para fabricar varios centenares más. Israel también produce seguramente tritio, un gas radioactivo utilizado en la fabricación de armamento nuclear de nueva generación, como las llamadas mini-nukes y las bombas de neutrones, capaces de provocar una contaminación radioactiva a pequeñas escala –lo cual permitiría usarlas contra objetivos geográficamente cercanos a Israel.
FUENTE: https://www.voltairenet.org/article208836.html